Por no estorbar...

Uno de los temas tabúes en nuestra sociedad es el "suicidio", el cual es un duelo que mucha gente sufre y del que muy poca gente habla o desconoce los motivos.

Uno de los motivos por los que una persona toma esta decisión no es porque rechacen la vida, sino porque rechazan el dolor, el malestar... dejando a sus seres queridos el sentimiento de culpa, el no poder haber hecho nada para que eso no ocurriese y las continuas preguntas de por qué.

El suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada.​ En general es consecuencia de un sufrimiento psíquico y de desesperación derivado o que se atribuye a circunstancias vitales como los problemas en las relaciones interpersonales, soledad o el acoso psicológico. Normalmente los motivos de suicidio también vienen dados por las enfermedades mentales tales como: esquizofrenia, trastorno de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria, ludopatía, condiciones médicas...

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) nos aportan los siguientes datos acerca del suicidio:

- Cerca de 800 000 personas se suicidan cada año.

- Por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio cada año. 

- El suicidio es la tercera causa de muerte para lxs jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.

- El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos.

- La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo.

Al igual que tenemos factores de riesgo para las conductas suicidas, en la profesión que hemos elegido, en este caso la Educación Social, también tenemos una serie de factores asociados a un menor riesgo de suicidio o factores de protección que podemos llevar a cabo si en algún momento trabajamos con personas con enfermedades mentales o pensamientos suicidas. Estos pueden ser:

- Tener habilidades sociales que permitan integrar a la persona dentro de la familia, amigxs, comunidad o teniendo una relación de trascendencia y conexión con ellos.

- Las creencias, la práctica religiosa y la espiritualidad.

- Poseer confianza y seguridad en unx mismx. Tener una correcta autoestima. Sensación de ser útil y valorado.

- Estar casadx, estar embarazada, y tener hijxs pequeñxs en el hogar también son factores protectores, aunque, la presencia de lxs niñxs pequeñxs se asocia a un mayor riesgo de primera aparición de ideación suicida.

Si en la sociedad ya existe como hemos mencionado al principio un tabú a la hora de hablar de enfermedades mentales, la cosa empeora cuando abordamos el tema del suicidio. Uno de los miedos al hablar del suicidio es aumentar los pensamientos suicidas. Por otro lado debido al ámbito cultural, la muerte por suicidio no es generalmente aceptada. Estos factores pueden intentar dar respuesta a por qué el suicidio es una epidemia silenciosa de la que nadie quiere hablar o cuando se habla, se hace de manera incorrecta.

En conclusión, para las personas supervivientes al suicidio y familiares de personas que se han suicidado, que están viviendo ese duelo, es necesario saber que dicho duelo puede ser cognitivo, emocional, físico... y que tiene que aceptarse que la persona fallecida ya no está. Es aquí donde el/la Educador/a Social cumple un papel fundamental para controlar otros ámbitos de la vida de esa persona. También debe tener la habilidad de manejar las emociones y acompañar a la persona en este proceso. 

Este video resulta muy interesante porque familiares y supervivientes al suicidio nos cuentan su experiencia y nos ayudar a visibilizar más este tema: Sí, hablemos del suicidio.